Inquietantes proposiciones económicas de verano
Recientemente se informó sobre la intención del Banco Santander de adquirir hasta un tercio de la sociedad de apoyo al giro bancario SERVIPAG, donde los otros dos tercios quedarían en partes iguales con los bancos de Chile y BCI. Estos tres bancos controlan conjuntamente todas las sociedades de apoyo, estando entre éstas las controvertidas REDBANC y TRANSBANK.
Estos vehículos han llegado a ser instrumentales para moderar la intensidad competitiva en el mercado del crédito, la que también se ha visto negativamente afectada por la persistencia de regulaciones que no han permitido la portabilidad financiera ni la libre y voluntaria disponibilidad de antecedentes de propiedad de los consumidores.
A noviembre de 2017 los tres bancos anteriores concentraban el 49% de las colocaciones y percibían el 68% de las utilidades del sistema bancario, con rentabilidades post impuestos sobre el patrimonio que fluctuaban entre 14.5% y 18.7%, en circunstancias que el sistema bancario en su conjunto promediaba 12.4% real anual. Sin duda, los tres mayores actores a gran distancia del resto.
A modo de comparación, en Estados Unidos la banca tuvo un retorno sobre el capital durante los primeros nueve meses de 9.78% anual, y los mayores bancos, con activos sobre US$ 250 mil millones, de 10.08%. En otras palabras, allá la escala no generó las diferencias sustanciales que el sistema bancario en Chile muestra y las rentabilidades en términos absolutos distaron por mucho de aquellas prevalecientes en nuestro país, especialmente en el caso de estos tres bancos.
Es entonces francamente increíble que una proposición de asociación de esta naturaleza entre los más grandes competidores llegue incluso a ser planteada, cuando además todo indicaría que estos particulares desarrollos conjuntos entre competidores debieran de hecho terminarse. Las diferencias de rentabilidades anteriores, tanto al interior de Chile como de su sistema bancario respecto del de Estados Unidos, llevan años bajo ese patrón. El año pasado el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia dictó una normativa para comenzar a corregir el caso de TRANSBANK. Lo que falta es que se considere a todas las sociedades de apoyo en su conjunto y es ahí donde esta proposición de asociación entre los controladores de éstas debería iluminar el trasfondo global.
¿Otro caso preocupante? Fue durante la misma semana del anuncio anterior que un representante del actor aéreo dominante de Chile y Sudamérica resaltaba en entrevista de prensa la disciplina para evitar guerras de precios y lo conveniente que sería para los consumidores contar con menos aerolíneas y lograr alianzas entre éstas, cuando aquello implicaría una concentración sobre un 70% y sin contrapeso efectivo en el mercado de los viajes domésticos e internacionales de los chilenos. Habido conocimiento de las negativas consecuencias de lo anterior y de una larga historia de infracciones, ¿tan perdidos estamos como para no comprender lo que está ocurriendo?
Es de esperar que estos tipos de proposiciones sean enfrentados como lo que son, crudas ambiciones monopólicas sin límites aparentes, y que las nuevas autoridades se convenzan finalmente que la inacción no resuelve los problemas de competencia. Sería útil que estudiasen cómo un ministro Pacheco hizo factible que caídas exógenas en los costos energéticos se vieran efectivamente reflejadas en los precios, desnudando un equilibrio de mercado que más bien se parecía a un cartel. Sería extraordinario que esta vez sí se enfrentara estos nudos anticompetitivos y tantos otros, tan dañinos como el equivocado intento refundacional del gobierno saliente.
El mundo, sus tecnologías y sus costos están cambiando demasiado rápido como para que la autoridad distraídamente tolere imperfecciones de esta naturaleza. Al revés, debiera estar activa y permanentemente fomentando la competencia, una cuestión que va mucho más allá de las prácticas de colusión. Los tipos de redes planteados “legalmente” como los de los ejemplos anteriores son tan efectivos como las anteriores prácticas, pero silenciosos. Es hora de despertar.
Manuel Cruzat Valdés
29 de enero de 2018